El propósito de Rufino Tamayo al fundar la Bienal de Pintura fue promocionar y fortalecer las expresiones pictóricas del país. En este sentido, el certamen continúa con dicho propósito y contribuye con la exploración de los artistas en innovar y ofrecer diversas aproximaciones a esta disciplina, manteniendo espacios para la exposición y reflexión de las obras creadas en este soporte.
Es así que a través de este certamen se evidencia cómo el ejercicio pictórico contemporáneo responde a su contexto inmediato -y mediático- desde las diversas formas de producción visual, pero también desde los acontecimientos externos que lo rodean. Es por ello que la tradición y la investigación mismas de la pintura de la segunda mitad del siglo XX se suman a ese continuo histórico del arte en el México actual.